Amsterdam, la Venecia del Norte de Europa
Conocida popularmente como la Venecia del norte, la ciudad de los cien canales o la capital del diamante, Ámsterdam es, sin duda, una de las ciudades más abiertas y liberales de Europa. Su ambiente joven y moderno la convierten en un foco de atracción para millennials y jóvenes que buscan un destino cercano, divertido y repleto de planes atractivos para todos los bolsillos.
Ámsterdam se caracteriza por ser una ciudad conservadora y pionera en muchos aspectos. Calvinista bienpensante, fue la primera en sindicar la prostitución, tomar medidas draconianas contra la contaminación de los automóviles y legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo. Fue aquí donde nacieron los coffeeshops –donde se permite la venta y el consumo de resina de cannabis- y donde conviven día a día alrededor de 145 nacionalidades diferentes. Pero este pensamiento liberal se remonta ya al s. XVII con el siglo de oro holandés y el credo calvinista, instaurando la libertad de pensamiento y comercio como principales motores de Ámsterdam, convirtiéndola en una de las capitales más florecientes de Europa. La enorme aportación de capitales extranjeros permitió financiar expediciones marítimas, pero también desarrollar la industria local con la fabricación de cerveza, las sedas, la talla de diamantes, la impresión, la cartografía y la construcción naval.
Hoy en día podemos ver los reflejos del pasado en la arquitectura típica de la burguesía calvinista cuyo gran crecimiento hizo necesaria una reforma en el modo de construir evitando recurrir a los lujos y a la construcción de palacios. A pesar de la enorme riqueza, los barrios del casco antiguo todavía conservan los edificios con fachadas de ladrillo que se caracterizan por su modesta decoración y los escasos detalles artísticos y arquitectónicos. A fin de paliar la falta de viviendas en una ciudad que conserva casi intacta su estructura original, los habitantes de Ámsterdam han recurrido a su imaginación y sentido práctico para poder acondicionar nuevos espacios. De este modo fue como nacieron los lofts y las casas flotantes.
En Ámsterdam existen diversas maneras de moverse por la ciudad y no es difícil percatarse de cuál es la más popular. Las bicicletas siempre las veremos omnipresentes en cualquier parte, ya sean aparcadas o amontonadas en una de las barandillas de los canales o en una de las miles de farolas de la ciudad. Sea cual sea el itinerario que elijas para moverte en la ciudad, no has estado en Ámsterdam si no has recorrido parte de ella en bicicleta o no has estado al borde de sufrir algún pequeño accidente utilizando sus típicos frenos contrapedal.
Toda visita a Ámsterdam no puede comenzar sin antes dirigirnos hacia la Plaza Dam, centro neurálgico de la ciudad, el lugar en torno al cual se fundó Ámsterdam. En esta plaza podremos contemplar algunos edificios históricos entre los que destaca el Palacio Real. El gigante Atlas que se yergue en la parte superior del edificio que sostiene sobre sus hombros una bola del mundo de 1000kg. Dominado por el Koninklijk Paleis y la Nieuwe Kerk, presenta una arquitectura que va del s. XV al XX. En las calles de alrededor la mayoría de casas tradicionales se han transformado en animados comercios y cafés de moda, atrayendo a muchos amsterdameses y turistas.
Cruzando el canal por la Calle Damstraat se llega hasta el conocido Barrio Rojo, donde podremos pasear por las calles iluminadas con luces de neón –al que recomendamos ir de noche para descubrir todo su “esplendor”. A día de hoy, no deja de sorprender a todos sus visitantes. Resulta impactante a la vez que confuso ver como un país tan liberal y ético permite la prostitución de una manera tan comercial y abierta al público, hasta convertirlo en una atracción casi turística. El Barrio Rojo es probablemente el más famoso de Holanda e incluso de Europa; repleto de Coffee Shops, -bares en los que está legalizada la venta y el consumo de marihuana– y prostíbulos, cada día miles de turistas visitan la cara más libertina y canalla de Ámsterdam para divertirse principalmente con amigos mientras se disfruta de la gastronomía, la fiesta y de la cerveza holandesa. Junto al Barrio Rojo encontraremos el barrio de Chinatown de Ámsterdam y uno de los lugares más peculiares es el Templo Fo Guang Sha He Hua, un precioso santuario budista de estilo tradicional chino, con tejas curvas y un ejército de dragones de cerámica en su fachada.
Si la noche en el Barrio Rojo no se ha hecho larga, lo ideal es madrugar e iniciar una nueva jornada visitando los principales enclaves turísticos. Una buena alternativa es desplazarse a los barrios más famosos, como el barrio en las nueve calles, en el anillo Oeste de la ciudad, y aprovechar para visitar la Casa de Ana Frank, donde podréis conocer la conmovedora historia de las familias que se ocultaron entre sus paredes para escapar de la persecución nazi. Es recomendable acudir a primera hora para ahorrarse las largas colas que en ocasiones se forman para visitar la casa.
Muy cerca de este lugar, en la Calle Prinsengracht, se puede llegar hasta la Iglesia Westerkerk, donde se encuentra la tumba de Rembrandt y desde lo alto de su torre –la más alta de Amsterdam-, se divisan las mejores vistas de la ciudad a 85 metros de altura. Frente a la iglesia y en el canal Keizersgracht encontramos el Homomonument, que recuerda a todos los gays y lesbianas que han sido sujetos a persecuciones por su orientación sexual. Inaugurado el 5 de septiembre de 1987, tiene la forma de tres grandes triángulos rosas realizados en granito, colocados en el suelo formando los vértices de un triángulo mayor en la orilla del canal.
La zona Oeste de la ciudad la corona la impresionante Estación Central, símbolo de la emergente industrialización de Ámsterdam a finales del siglo XIX y señal de la moderna reconversión de la ciudad. Enfrente de ésta se puede tomar alguno de los barcos turísticos que recorren los canales de la ciudad para verla desde una perspectiva muy especial y romántica. También es posible realizar una ruta diferente tomando el barco al atardecer, justo cuando encienden las luces de los puentes y farolas, mucho más tranquilo y espectacular. Antes de tomar el barco, muy cerca de aquí, no hay que olvidarse de visitar el Museo NEMO -Museo de Ciencias y Tecnología- a cuya increíble terraza escalonada podréis subir y admirar una de y admirar una de las mejores vistas de la ciudad y disfrutar del entorno reurbanizado de la zona portuaria.
Una buena alternativa después del paseo en barco es llegar hasta Oude Kerk, conocida como la “vieja iglesia”, en la calle Oudezijds Voorburgwal. Construida en 1302, se conserva como el edificio más antiguo de la ciudad. Actualmente su fachada se encuentra rodeada de tiendas, cafés y casas, permaneciendo como un tranquilo oasis en el corazón del bullicioso Barrio Rojo.
Desde aquí también es posible visitar el sorprendente Museo Amstelkring, situado en la misma calle. La impresionante iglesia clandestina que esconde el pequeño edificio sorprende a todo visitante. Si el tiempo no es demasiado ajustado, muy cerca de aquí, en la calle Sint Antoniebreestraa, se encuentra el Museo Rembrandt, ubicado en la casa en la que vivió el artista.
El anillo Este de la ciudad es una de las zonas más concurridas por su colorido Mercado de las Flores, justo al lado del Munttoren, la conocida torre de la moneda, cuya base antiguamente formó parte de las puertas de la antigua muralla medieval. En el pasado, los dueños de los viveros subían por el Amstel para atracar aquí y vender flores y plantas desde sus barcos. Hoy los puestos todavía son flotantes pero permanentes. A pesar de que la venta está principalmente destinada los turistas, las flores y plantas son un alegre espectáculo para todos.
Aquí podremos comprar desde bulbos de tulipanes hasta semillas de cannabis, todo muy holandés. Merece también la pena cruzar la calle Reguliersbreestraat para contemplar al menos la preciosa fachada del teatro Tuschinski de arquitectura art déco, que atrae a numerosos seguidores de este estilo arquitectónico. En sus mejores tiempos vio las actuaciones de Marlene Dietrich y Judy Garland. Hoy en día cuenta con seis minicines y ofrece visitas guiadas en su interior.
La Calle Singel desemboca en la Plaza Spui, un lugar ideal para tomar un café y disfrutar de la tranquilidad característica de este barrio. Si se acerca la hora de cenar, una buena opción no lejos de aquí es la plaza Leidseplein, una de las zonas más animadas de la ciudad donde podremos encontrar muy buenos restaurantes para todos los bolsillos.
Para el último día siempre es aconsejable visitar los centros culturales más importantes de Ámsterdam. En el Barrio de los Museos comenzaremos con una visita al Museo Van Gogh y conoceremos el intrigante mundo en el que se encontraba inmerso el pintor. Junto a él también se encuentra el Stedelijk Museum de Arte Moderno, con obras y exposiciones temporales de arte contemporáneo. Una vez fuera, si cruzamos Museumplein llegaremos hasta el Rijksmuseum, uno de los mejores museos de Holanda, famoso por su impresionante colección de cuadros del Siglo de Oro holandés. Entre las obras que podrás encontrar en el Rijksmuseum, se encuentran varias piezas de Rembrandt, incluyendo la famosa “Ronda de noche” o “La novia judía”, y también algunas otras piezas de artistas como Jan Stten, Vermer, Fra Angelico y Frans Hals, entre otros. Sin duda, un total deleite para los amantes del arte antiguo.
En frente de este museo y junto al estanque helado del parque, no podemos marcharnos de la ciudad sin hacernos una foto en alguna de las letras gigantes de “I amsterdam” uno de los monumentos más actuales de la ciudad; un ingenioso juego de palabras que en inglés significa “yo soy Ámsterdam”, y que se ha convertido de forma involuntaria en el lema de la ciudad y de sus habitantes siendo uno de los atractivos turísticos de la ciudad entre los jóvenes. donde toman sus selfies y fotos de grupo. Dependiendo del tiempo disponible desde aquí se puede aprovechar para dar un paseo por Vondelpark, un agradable espacio verde habitado por cientos de especies vegetales y animales, y para los amantes de la cerveza recomendamos visitar la Heineken Experience, un recorrido a través de la historia y el proceso de fabricación de la famosa cerveza con botella verde.
Con tanto paseo y recorrido, veréis – inevitablemente- los cientos de puentes que cruzan los canales, algunos más bonitos y típicos que otros. Uno de los más hermosos, y que no puedes perderte, es el Magere Brug (Puente Delgado, de madera). Un punto curioso de la ciudad donde tomar la foto única de “Los siete Puentes” es desde Reguliersgracht; nada menos que 7 puentes de piedra en línea son visibles desde este lugar. No hay que perderse la hora azul paseando por algunos de estos puentes y apreciar los reflejos de la luz sobre el agua.
THE STUDENT HOTEL: Amsterdam para millennials
Pocos hoteles como el The Student Hotel Amsterdam City (www.thestudenthotel.com) nos han sorprendido tanto en los últimos años como éste. Un moderno establecimiento, con un diseño innovador, pensado por y para la gente joven que desea estar como en su casa. Espacios diáfanos donde estar cómodo en una atmósfera acogedora y darles la utilidad que se desee en cada momento. The Student Hotel Ámsterdam es un hotel muy especial que ha logrado -en un mismo edificio- la convivencia de tres grupos que aparentan ser incompatibles en un principio, pero que aquí queda demostrado -y con nota- que son un trío perfecto. The Student Hotel no es sólo una residencia de estudiantes, es también un hotel para huéspedes, así como para profesionales de negocios que acuden a Ámsterdam por trabajo.
Este hotel también alberga un espacio colaborativo llamado COLLAB, donde tanto estudiantes como jóvenes emprendedores pueden trabajar durante su estancia, ya sea larga o de corta duración, como si fuera su oficina. Un espacio pensado para startups y pequeñas pymes. Otros espacios que salen de lo normal son su piscina con carril olímpico, su completo gimnasio con ring incluido, su gran sala de conferencias, así como su restaurante convertible en tres ambientes; para desayunos, cenas y bar chillout con excelentes cocktails. Todo un multiespacio de ocio pensado para provocar el encuentro y desarrollar sinergias positivas entre ellos, algo, que sin duda alguna se consigue. The Student Hotel Ámsterdam City se encuentra en una hubicación inmejorable, a tan solo 20 minutos a pie desde el centro de la ciudad y a 10 minutos si usas una de las cientos de bicicletas que dispone el hotel en su impresionante parking exclusivo para este medio de locomoción tan popular en esta ciudad.