Un paseo por Arles-sur-Tech y las gargantas de la Fou
A orillas del Tech, en el corazón del Vallespir francés, rodeada de colinas frondosas cubiertas por un manto de encina y castaño, al pie del Canigó, en una tierra rica en hierro esculpida por el agua, se alza la pequeña villa de Arles-sur-Tech en torno a su abadía benedictina del s. XII y junto a las gargantas más estrechas del mundo, les Gorges de la Fou.
De origen romano, el pueblo tal y como lo encontramos hoy surgió a la sombra de la abadía benedictina de Santa María el siglo X y fue tramando una red de callejuelas que se consolidaría el s. XII. La abadía carolingia original la había fundado el monje Castellan en el 778 sobre los antiguos baños romanos, pero las incursiones normandas obligaron a sus residentes a trasladarse por seguridad a la ubicación actual, abajo la batuta del abad Sunifred, hermano de Wilfredo el Velloso, en el s. X.
La Iglesia abacial de Santa María se consagraría en 1046 y constituye uno de los monumentos más importantes y menos estudiados del periodo de implantación del estilo lombardo en la arquitectura catalana del siglo XI. Su monumentalidad contrasta con su sencillez. Su estructura, compacta, está formada por tres naves con bóveda de cañón rota que reposan sobre pilares.
Conserva el portal románico más antiguo del Mediterráneo, del mismo año de su consagración, con dos leones esculpidos flanqueándolo la función de los cuales, reza la tradición, era devorar los pecados de los feligreses que cruzaban la puerta.
Su interior aloja varios elementos destacables, como el retablo barroco de 1646, que albergaba los relicarios de San Abdón y San Senén (hoy protegidos en una caja fuerte por miedo a posibles robos, como los que se han producido en otras iglesias de la zona). Es obra de Llàtzer Tremulles y su doble peculiaridad radica en haber sido el primer retablo esculpido de la región, la cual cosa significó una auténtica revolución en la Cataluña Norte, puesto que hasta el momento los retablos eran pintados, y en que llegaba hasta la bóveda.
Otro elemento importante es el órgano de 1763, que conserva el sonido original barroco, algo insólito y que le convierte en objeto de deseo de organistas del mundo entero, que acuden hasta la localidad para tocarlo.
Curiosamente, el ábside mayor se encuentra al oeste, cosa inusual ya que suelen estar construidos al este. Fue durante una restauración del órgano que se encontró el ábside original al este, que había quedado oculto. Este hecho de tener dos ábsides es la prueba definitiva de la antigüedad de la construcción original. Hoy, este viejo ábside y sus frescos son visibles porque la estructura del órgano se desplazó unos metros para que quedaran al descubierto.
El claustro, del siglo XIII, es de mármol blanco de Céret y piedra caliza de Gerona, cuya naturaleza permitía hacer las columnas más finas. Fue el primer claustro gótico de la Cataluña Norte y es un ejemplo único al norte de la Albera de claustro de doble columna – los claustros góticos catalanes adoptaron la columna simple.
En el patio exterior, junto a la puerta románica, encontramos la Santa Tumba, un sepulcro paleocristiano del s. IV y el único vestigio que se conserva del primitivo santuario fundado por Castellan sobre el balneario romano. Se considera santa porque guardó las reliquias de san Abdón y San Senén cuando el abad Arnulfo las hizo traer de Roma mil años atrás. Según la tradición, emana de ella permanentemente un agua con propiedades milagrosas.
Pasado su periodo de esplendor medieval fue cayendo en decadencia hasta que los 6 monjes que quedaban la abandonaron definitivamente durante la Revolución Francesa. Fueron los aldeanos los que insistieron en conservar su patrimonio y la convirtieron en la iglesia parroquial de la villa, donde celebrar sus bodas y bautizos. El conjunto fue catalogado monumento histórico en 1908.
Junto a la entrada para visitantes de la abadía, al otro lado de la calle, encontramos el Ayuntamiento, instalado desde 1936 en la mansión Les Indis, construida por el propietario de las minas de hierro de Batere, Joseph Pierre Monin en 1901. La de Batere era una de las minas de hierro más antiguas de Francia y fue la última en cerrar en 1987, cuando dejó de resultar rentable. La tradición del hierro y la forja ha continuado viva en Arles-sur-Tech, sede del Encuentro Europeo de Forjadores, cuya celebración se conmemora con las diversas figuras y esculturas de hierro forjado de las barandillas del ayuntamiento, rodeado por un jardín de cedros centenarios.
Ya en las afueras de la villa – en una antigua fábrica textil situada cerca de la vieja estación de ferrocarril desde la cual se transportaba el hierro que bajaba en vagonetas de las minas a más de 1000 metros de altura- encontramos Le Moulin des Arts et des Artisantat, una cooperativa de artesanos que ha recuperado las instalaciones y las ha reconvertido en una serie de talleres donde encontramos, entre otros, desde cuchilleros (Coutellerie d’Art)a artesanos del cristal (Atelier Bulle de Verre) pasando por artesanos que utilizan las telas de Les Toiles du Soleil – la empresa de Sant Laurant de Cerdans que ha recuperado el arte del tejido tradicional a rallas catalanas- para fabricar lámparas, alpargatas y otros productos.
LES GORGES DE LA FOU
A sólo 2km de Arles-sur-Tech se halla una de las maravillas naturales de la región. Las gargantas de la Fou son las más estrechas del mundo y de las más profundas de Europa. Fou es una palabra que en catalán antiguo significa barranco. Aquí, el agua de un riachuelo ha ido esculpiendo en la roca una fisura de entre 200 y 250 metros de profundidad, con una longitud total de 1739 metros, 1500 de los cuales se pueden recorrer a pie gracias a una serie de pasarelas metálicas.
Cuenta la leyenda que brujas y espíritus hostiles residían en estos parajes y nadie se atrevía a aventurarse en ellos. En el siglo XIX una banda de asaltadores de caminos conocida como Els Trabucaires, las utilizaron como escondrijo para huir de los soldados. De poco les sirvió. Acabarían sentenciados a muerte y ejecutados en Perpignan en 1846 pero su botín jamás apareció. Dicen que puede que siga escondido en algún recodo del desfiladero.
No fue hasta 1928 que un grupo de expedicionarios locales se aventuró a realizar la primera travesía de la Fou. Ya en 1954 se instalaron las primeras pasarelas de madera.
La visita se puede realizar en unas dos horas con calma. Las pasarelas metálicas son seguras aunque no son adecuadas para perros, por lo cual no les está permitida la entrada. Junto a las taquillas hay unas perreras para poder dejar a estos animales. A lo largo del recorrido iremos hallando cascadas, grutas naturales y una variada y sorprendente vegetación. Aquí crece la Ramonda Micony, una planta de flores blancas o violetas que desapareció de Europa durante el Terciario (entre 65 y 2,6 millones de años atrás) pero que ha sobrevivido en estas gargantas gracias a su microclima. La temperatura aquí – de unos 15ºC- en las zonas más ombrías convierten este desfiladero en una buena alternativa durante los meses más calurosos. Por el camino iremos hallando varias plataformas con bancos en los que sentarnos a disfrutar de este lugar único.
El precio de la entrada es de 10€ para adultos (5€ para niños y gratuito para los menores de 5 años) e incluye el casco de seguridad obligatorio. Existe un servicio gratuito de autobuses lanzadera desde los pueblos de alrededor.
Más información en https://www.gorgesdelafou.com
Dónde comer
Els Simiots. 2, La Place, Arles-sur-Tech. Cocina sencilla con productos locales.
Dónde dormir
Hotel Les Glycines, Arles-sur-Tech
https://www.logishotels.com/fr/hotel/hotel-les-glycines-1335
Centre de Pleine Nature Sud Canigo, Arles-sur-Tech. Un centro deportivo y de convenciones que ofrece alojamiento en habitaciones de 4 y 8 personas, con baño completo, calefacción y aire acondicionado y derecho a usar la cocina comunitaria y las instalaciones deportivas (que incluyen una sauna y Jacuzzi) dentro de un recinto de 5000m2 junto al río. Ideal para senderistas y familias con niños.
http://www.centresudcanigo.com
Cómo llegar
Desde Barcelona o Gerona, se puede tomar la AP7 hasta la Jonquera y continuar por la A9 hasta la salida 43 Le Boulou/Céret/Argelès-sur-Mer/Port-Vendres. Una vez en Le Boulou, tomar la D11 dirección Prats de Molló La Preste/St Laurent de Cerdans/Arles s/ Tech/Amélie les Bains/Reynes.
Más información
http://www.tourisme-pyreneesorientales.com