Cáceres que ver y que visitar
Cáceres tiene una larga historia que se remonta al Paleolítico. Se conservan las pinturas rupestres de la Cueva de Maltravieso, que datan de hace unos 25.000 años. Cerca de allí, los romanos establecieron su primera colonia en la zona. Más tarde, la ciudad fue disputada por Árabes y Cristianos. La ocupación alternativa de ambos pueblos dejó huellas en su patrimonio. Por ejemplo, se pueden ver las torres albarranas, como la de Bujaco, de la Hierba y la del Horno, que se levantaron sobre los antiguos restos de la muralla romana. Alfonso IX reconquistó definitivamente la ciudad a los moriscos en 1229, y a partir de entonces se construyeron palacios y casas señoriales en las plazas de San Mateo, de Santiago y San Juan. Pero fue con la llegada de los Reyes Católicos que Cáceres alcanzó su máximo esplendor. Ejemplos de ello son la Iglesia Concatedral de Santa María, la Fortaleza de los Golfines de Abajo, el Palacio de las Cigüeñas, el Palacio de la Generala, o las casas de los Pereros, de los Mayoralgo o la de Lorenzo de Ulloa, y por supuesto, el Convento de San Francisco.
CONJUNTO MEDIEVAL
La Catedral de Santa María de Cáceres sobresale entre otros edificios importantes por su gran tamaño. Es una construcción tardogótica que se reformó entre los siglos XV y XVI, y está ubicada en la plaza que tiene el mismo nombre. Tiene el título de concatedral desde 1957.
Su exterior es un ejemplo claro de la sencillez propia de la arquitectura medieval española. Su estilo original fue el románico, pero solo se conservan algunos vestigios de su paso al gótico. También se aprecian elementos del Renacimiento en la torre y el coro. En una esquina, a nivel del suelo, hay una escultura de San Pedro de Alcántara.
Dentro de la catedral, destacan algunas obras de arte, como los retablos, entre los que está el de la capilla de San Miguel, la imagen del “Cristo Negro”, el Cristo de las Batallas que se encuentra junto al coro y el Cristo del Refugio, que viene del convento de San Francisco.
De imprescindible visita es el Museo de Cáceres, emplazado en un antiguo palacio, que a su vez se había construido sobre las ruinas de un anterior alcázar almohade, del que queda un espectacular aljibe árabe del siglo XI situado en la planta baja del edificio. La ciudad también poseía un importante legado judío. Es por ello que en su día llegó a tener dos juderías. La Judería Vieja, la de mayor tamaño, todavía conserva la fisionomía de vivienda; y la Judería Nueva, muy cerca de la Plaza Mayor.
No hay lugar a dudas, los cacereños son dignos poseedores de una herencia de patrimonio monumental que muchas capitales europeas desearían. Recorrer sus calles, tanto de día como de noche, reserva al viajero incansable toda una retaila de sensaciones, el sentir genuino de lo medieval, la iluminación perfecta, de película. Y qué decir de sus múltiples actividades que tienen lugar durante todo el año, pues que hay que estar bien informado si no queremos perdernos los eventos más interesantes.
En un lugar como Cáceres no podía faltar la excelente gastronomía. Ya de por sí, un gran atractivo turístico, sobre todo para los amantes del buen comer. El cerdo ibérico, criado en los encinares de las dehesas extremeñas es el principal protagonista, y todos sus productos de una calidad excepcional. Más que dignas de mención son las calderetas de cordero, la carne de caza guisada, las berzas con buche, o las famosas migas. Y por supuesto, la estrella de la mesa, la Torta del Casar, un verdadero manjar de dioses. A destacar también los vinos de Cañamero, Montánchez y Cilleros, el aguardiente de cereza y el delicioso licor de bellota.
Más allá de su casco histórico, merece la pena la visita de la llanura de Los Berruecos. Un paisaje curioso formado por bolos de granito que forman caprichosas formas. O para los amantes de la naturaleza, el Parque Nacional de Monfragüe, reserva natural de la biosfera, repleto de especies protegidas, como por ejemplo, el águila imperial, el lince ibérico, o la cigüeña negra y donde cada año se celebra durante el primer fin de semana de marzo la Feria Internacional de Turismo Ornitológico de Extremadura, una cita obligada para los profesionales y los aficionados al mundo de las aves.
Otra cita importante es el Festival de las Aves de Cáceres, que se celebra cada año durante la segunda quincena de mayo y que permite poder disfrutar y descubrir la capital cacereña desde otra perspectiva, adentrándose en la riqueza ornitológica y medioambiental de la ciudad. Los visitantes al festival son sorprendidos por las numerosas aves que habitan la ciudad, cuyas espectaculares torres lucen repletas de nidos de cigüeñas, además de poder contemplar cernícalos primilla o vencejos entre otras aves. Un plan perfecto para acudir tanto en familia como en solitario, ya que el festival programa actividades para todos los públicos, como rutas guiadas y observatorios ornitológicos por la ciudad monumental, talleres, espectáculos y paseos teatralizados e incluso una maratón fotográfica.
MÁS INFORMACIÓN: www.turismocaceres.org