Escapada al Suroeste de Midi-Pyrénées
Formado por los departamentos del Lot, de l’Aveyron y del Tarn, nos descubre el Pirineo francés más desconocido y natural.
La región francesa situada al sur del país denominada Midi-Pyrénées, está compuesta por ocho departamentos. Estos son el Lot, el Aveyron, el Tarn, el Tarn et Garonne, el Haute-Garonne, el Gers, Ariège y el Hautes-Pyrénees. Todos ellos poseen su propia personalidad, sus paisajes y su diferente patrimonio cultural, todos ellos a cual más bello. Hoy nos proponemos daros una pincelada para que os vengan las ganas de descubrir los tres primeros: el Lot, el Aveyron y el Tarn.
En el Lot nos aguardan los más bellos parajes, viñas y ríos junto a espectaculares acantilados, bellos castillos, una excelente gastronomía y pueblos con encanto. Entre ellos, os destacamos el encantador Cahors y el majestuoso Saint Cirq Lapopie. Cahors destaca por ser una ciudad de arte y historia donde podemos visitar sus calles, sus jardines históricos, edificios del siglo XVII y el majestuoso Puente Valentré. Por otro lado, Saint Cirq Lapopie es un pueblo de película. Su estructura medieval se mantiene hasta hoy en día y todo él es un monumento histórico.
En el Aveyron esperan a ser descubiertos el famoso viaducto de Millau, las cavas del auténtico queso Roquefort, y los paraísos naturales del Aubrac y el Larzac. Una tierra de gran carácter por sus gentes, sus pueblos y su gastronomía. Como visitas indispensables podemos decir que los pueblos de la Couvertoirade y de Sainte Eulalie de Cernon harán las delicias de los aficionados a los Templarios. Por supuesto, nadie puede pasar de largo en Roquefort, sus cavas de maduración del queso son una visita que recordarás siempre. Jamás volverás a comer Roquefort de la misma forma.
Y por último, en el Tarn, los amantes del arte, y de la pintura sobretodo, disfrutarán de lo lindo. Aquí nos espera la ciudad de Albi y su museo del famoso pintor Toulouse-Lautrec, único en el mundo entero por albergar gran parte de la obra del artista. La Catedral de Sainte Cécile y la Bastida de Cordes sur Ciel lo acompañan excelentemente. En resumen, una escapada perfecta para descubrir tres departamentos franceses que albergan auténticos tesoros, tanto gastronómicos, como culturales y turísticos.
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