Caldes de Malavella, el legado de las aguas termales
Los romanos podían ser muchas cosas, pero tontos no lo eran. Cada vez que encontraban una fuente termal se construían un balneario y una ciudad.
“Aquae Calidae”, que se convirtió en un municipio romano de derecho latino en el siglo I d.C, así como, en un centro administrativo, religioso, económico y comercial el cual es, la actual Caldes de Malavella.
Por ello merece la pena descubrir esta pequeña villa, cargada de historia, pero desde la perspectiva del agua. Recorriendo por ejemplo su circuito de fuentes publicas, algunas termales otras no, e indudablemente su oferta de ocio termal, con sus dos balnearios históricos.
Y es que Caldes de Malavella, aún que atesora un indiscutible patrimonio termal desde los albores de los tiempos, también se la conoce por la Pompeya del Plioceno por el yacimiento paleontológico del Camp dels Ninots.
Lo más importante, sin embargo, es que, aunque los romanos pasaron a la historia las fuentes aún están y aún manan. Aconsejo a todo aquel que visite Caldes que sea previsor y lleve una garrafa para llenarla y poder llevarse a casa el agua mineral de una de estas fuentes públicas.