Vive un fin de año diferente, en Brasil

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La noche de 31 de diciembre es siempre una fecha especial, el momento en el que se renuevan las esperanzas y deseos para el año nuevo, y nada mejor que celebrar la llegada del 2012 a lo grande, aprovechando las bellezas naturales que el estado de Pernambuco pone a nuestro alcance.

Encontramos gran variedad de opciones, pero tres de ellas merecen ser destacadas: Recife, Puerto de Galinhas y la isla de Fernando de Noronha. Por sus playas paradisíacas, piscinas naturales y variadas opciones de ocio, éstas son las regiones de Pernambuco que más visitantes reciben anualmente. En el mes de diciembre estas ciudades se preparan para las festividades de fin de año, periodo en el que el flujo de turistas aumenta considerablemente.

Para quien desea vivir una Noche Vieja diferente y disfrutar de las fiestas más sofisticadas, las mejores opciones son los eventos realizados en los resorts y hoteles, especialmente en aquellos localizados a la orilla del mar. En ellos, el visitante suele pagar un valor económico que le da derecho a la cena, las bebidas, así como al uso y disfrute de las dependencias de ocio. En los establecimientos más lujosos es tradición el lanzamiento de fuegos artificiales exclusivos para los huéspedes, siendo éste el punto álgido de la noche.

Sólo en Recife es posible participar en fiestas gratuitas en las playas, con shows y atracciones culturales. Fernando de Noronha y Puerto de Galinhas, regiones más pequeñas, no ofrecen este tipo de programación abierta al público y los eventos son organizados para albergar un número más pequeño de personas, lo que les otorga un clima más tranquilo, perfecto para todos aquellos que desean combinar sofisticación y confort.

Hospedaje de lujo
La infraestructura hotelera de estas regiones es excelente, especialmente para quien busca acomodaciones más sofisticadas. En Puerto de Galinhas, los resorts más lujosos están localizados a la orilla del mar, y muchos de ellos disponen de playas particulares para sus huéspedes. Las instalaciones combinan el afinamiento típico de hoteles de grandes ciudades con el clima cómodo de los pequeños hoteles con encanto.

Recife ofrece incontables opciones de alto nivel, que van desde hoteles cinco estrellas, que tratan a sus huéspedes con singularidad, hasta resorts a la orilla del mar. La capital del estado de Pernambuco cuenta, además, con las ventajas propias de una gran ciudad, como el acceso a los servicios más caros y facilidades tecnológicas.

Ya en Fernando de Noronha, la mayoría de las acomodaciones sigue una línea más simplista, con pequeños hoteles familiares. Sin embargo, también es posible hospedarse en establecimientos con instalaciones lujosas, con opciones de bungalós individuales en playas más alejadas de la isla.

Recife
La capital del estado de Pernambuco es ideal para los que quieran combinar, en un mismo paseo, guiones históricos y bellas playas. En la región conocida como Recife Antiguo, es posible apreciar construcciones centenarias, como el Fuerte del Brum y la Plaza Río Branco. A la caída de la noche, la zona se transforma en un conglomerado de bares y restaurantes a cielo abierto, donde los visitantes pueden apreciar las delicias de la cocina nordestina.

Para los amantes de la naturaleza, la ciudad ofrece bellas playas de aguas verdes y límpidas, como la Playa de Boa Viageme y la del Pina, próximas al centro de la ciudad. En cualquier lugar y hora del día, Recife tiene historia, cultura y modernidad.

Porto de Galinhas
Localizada a cerca de 60 kilómetros de Recife, la ciudad cuenta con más de 18 km de playas de arena blanca, con aguas transparentes y tibias, repletas de cocoteros y alejadas del ruido y el ajetreo urbano.

Las principales atracciones son las piscinas naturales, que reciben miles de turistas interesados en ver de cerca peces y corales de gran variedad de colores y tamaños. Entre los puntos históricos, se encuentra el Convento de Santo Antônio, fundado en 1606 y proclamado Patrimonio Histórico Nacional en 1937.

Fernando de Noronha
A 545 Km de Recife, Fernando de Noronha es un archipiélago paradisíaco, compuesto por 21 islas e islote de playas de aguas cristalinas. La región cuenta con diversión para todos los gustos: caminatas, sendas, buceos, surf, observación de delfines y paseos en barco, son algunas de las opciones ofrecidas a los turistas.

Accesible por avión o navío, la distancia con el continente ayuda en la preservación de la naturaleza exuberante. En 1988, la región fue transformada en Parque Nacional Marino y, desde 2001, es Patrimonio Mundial Natural por la Unesco.

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