Mato Grosso: el corazón verde de Brasil
Es el único territorio del mundo con tres biomas: la selva Amazónica, el Cerrado y el Pantanal. Existen más especies vegetales en una hectárea de la Selva Amazónica que en todo el territorio europeo.
Vegetación, cascadas, especies exóticas, yacimientos arqueológicos, aguas cristalinas e innovación. Así podríamos definir Mato Grosso, el estado brasileño situado en el centro-oeste del país y que sin duda es uno de los lugares del planeta con más riqueza natural, pudiendo destacarse que el 10% de la selva Amazónica se encuentra en esta región.
Mato Grosso tiene en total 141 municipios y cuenta con una población de más de tres millones de habitantes. Lo forman ciudades que tienen más de dos siglos de historia, entre las cuales se cuentan Cuiabá, Cáceres y Vila Bela da Santíssima Trindade, la primera capital del estado, así como otras construidas en medio de la selva con 50 años de historia, entre la que se destacan Sinop, Sorriso, Alta Floresta y Primavera do Leste.
Quien no conoce los 900.000 km2 de biodiversidad de Mato Grosso se puede imaginar la extensión de Francia y Alemania juntas, un clima tropical con miles de especies y el único territorio del mundo con tres ecosistemas: la selva Amazónica en el norte, el Cerrado en el centro y el Pantanal en el suroeste.
La capital
Cuiabá, su capital, se caracteriza por ser una ciudad con abundantes zonas verdes donde se mezclan rasgos de un pasado colonial con características de una urbe que se ha desarrollado notablemente en las últimas décadas.
El Pantanal
Desde el año 2000 el Pantanal está declarado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, pudiendo encontrarse el mayor océano verde del mundo con una rica flora y fauna. Entre las mayores planicies inundadas de agua del planeta viven más de 250 especies de peces, sobrevuelan más de 650 tipos de aves y viven mamíferos como el jaguar y otras 80 especies más.
Pero estos paisajes no sólo atraen a los turistas amantes del ecoturismo, sino también a aquellos más aventureros, siendo la ciudad de Cáceres buen ejemplo de ello. Cáceres, es la puerta de entrada para las bellezas del Pantanal en Mato Grosso. Ha sido denominada patrimonio histórico y es el destino perfecto para los turistas que buscan una belleza natural incomparable con playas fluviales, cascadas y cavernas, así como para aquellos amantes de la aventura y de la pesca deportiva. Cada año en el mes de mayo unas cien mil personas se concentran en esta ciudad -localizada a 220 kms de la capital Cuiabá- para disfrutar del mayor torneo de pesca de barca en agua dulce del mundo, según el Libro Guiness.
La Amazonía
El norte de Mato Grosso está cubierto por la exuberante Selva Amazónica, con árboles que llegan a más de 50 metros de altura. Cuna de la biodiversidad que enamora a turistas y científicos del mundo entero, la región posee una de las mayores concentraciones de materia viva por m² del planeta. Grandes ríos cortan la región que aun cuenta con inmensas áreas protegidas, como los Parques del Xingu, donde se encuentra el mayor territorio indígena del mundo, y del Cristalino, donde se pueden apreciar algunas especies como monos, tapires, jacutingas, capibaras, cutias y plantas exóticas. Sólo en esta región hay 5000 ejemplares de orquídeas y cactus.
El Cerrado
Otro de los lugares donde se podrá apreciar la belleza de las cascadas, árboles con formaciones retorcidas y gran flora y fauna, es el parque nacional de la Chapada dos Guimarães, uno de los espacios naturales protegidos más grandes de Brasil, así como destino eco turístico concurrido, sobre todo en los meses de verano. En sus 330 kilómetros cuadrados de extensión se esconden fósiles marinos que demuestran que hace millones de años toda la región estaba cubierta por océano. El turista se podrá perder entre cuevas, grutas y 400 cascadas, sin olvidarse de la Cascada de Velo de Novia, con 86 metros de caída.
El municipio de Nobres está ubicado en la Sierra de Tombador, a tan sólo dos horas en coche de la Chapada de Guimarães. Esta región conserva verdaderas maravillas de la naturaleza, con aguas transparentes, cascadas y cuevas, algunas aún totalmente inexploradas.
Si se viaja en busca de aventura, la ciudad de Jaciara es ideal para vivir fuertes emociones. Entre los meses de julio y agosto este municipio recibe competidores de deportes de riesgo como el rafting, las canoas y el rapel. Las corrientes de agua, yacimientos arqueológicos, cañones y valles, hacen de esta región el epicentro perfecto para el turismo de aventura.
Asimismo, si el turista busca además de grandes atracciones naturales estar en contacto con los que habitan en estas zonas, podrán conocer las aldeas indígenas donde viven 38 etnias distintas con su religión y costumbres. La gastronomía, con una elaboración influenciada por una gran diversidad de recursos naturales y por su variedad cultural, es otro de los puntos fuertes de Mato Grosso.