Descubre Jordania a tu aire
La Carretera de Desierto conecta Jordania de norte a sur favoreciendo la visita de sus enclaves más célebres sin mudar el rumbo
Si te gusta imprimir tu propio ritmo a los viajes, sin depender de horarios ni de voluntades ajenas, esta es tu ruta. Alquilar un coche y recorrer la Carretera del Desierto equivale a surcar Jordania, atravesando algunos de sus más espectaculares puntos de interés, desde la urbe llena de historia de Amán, hasta el Mar Rojo pasando, como no podría ser de otro modo, por el espectacular desierto de Wadi Rum. Y todo ello a tu aire.
De norte a sur, el primer enclave que encontramos es Amán. Extendida a lo largo de diecinueve colinas o “jebels”, Amán, capital de Jordania, se encuentra estratégicamente situada. Entre el desierto y el fértil valle del Jordán, se trata de una ciudad fascinante llena de contrastes, que mezcla, además, lo antiguo con lo moderno de una manera única. Amán respira historia por cada uno de sus rincones especialmente en La Ciudadela donde se han descubierto vestigios romanos, bizantinos e islámicos. La guía “99 cosas que hacer en Amán” (http://visitjordan.com) reúne todos los aspectos imperdibles de la ciudad.
Desviándonos algo al oeste encontramos Madaba. Conocida, sobre todo, por sus espectaculares mosaicos bizantinos y omeyas, Madaba esconde el conocido mapa de mosaico de Jerusalén y Tierra Santa, del siglo VI. Este mapa de mosaico cubre todo el suelo de la iglesia ortodoxa griega de San Jorge, al noroeste de la ciudad. El panel de mosaico que enmarca el mapa medía originalmente unos 94 m2 aunque hoy en día solo se conserva una cuarta parte del mosaico original.
Cerca de Ma’an, importante nudo de transportes y centro comercial del país durante siglos, se alza la archiconocida Petra. Las gigantescas montañas rojas y los inmensos mausoleos que la conforman hacen de ella una de las mayores creaciones de la naturaleza y el hombre. La antigua ciudad, excavada en la roca por los nabateos, cubre una vasta área que contiene muchas reliquias arqueológicas y un paisaje natural único, además de ser un espectáculo digno de admiración. La fachada de El Tesoro, probablemente el momento culminante de cualquier visita, tiene treinta metros de ancho y cuarenta y tres de alto y fue excavada en el siglo I en una roca que cambia de color a lo largo del día.
Si continuamos hacia el sur, nos adentramos en el paisaje lunar de Wadi Rum. Este particular desierto se extiende entre cañones y depósitos de agua, entre espacios vacíos y dibujos en las piedras que datan de 4.000 años atrás, conformando un entorno sobrecogedor. Son diversas las posibilidades que ofrece la zona, desde rutas en 4×4 con un conductor/guía para recorrer el desierto durante dos o tres horas hasta paseos en camello o estancias en tiendas de campaña beduinas, donde pernoctar bajo increíbles mantos de estrellas y disfrutar de una comida tradicional al calor de la lumbre amenizada con música árabe.
La Carretera del Desierto llega a su fin en Aqaba, a orillas del Mar Rojo. Aqaba es conocida por sus sobresalientes balnearios y hoteles de lujo, donde se alojan los turistas que acuden para divertirse en sus playas y disfrutar de deportes acuáticos, como el windsurfing y el buceo. Y es que más allá del propio encanto que tienen las ciudades costeras, la riqueza de los corales del Mar Rojo convierte esta ciudad en un enclave obligado para los amantes del mar y sus criaturas.
Jordania, un oasis de paz en Oriente Medio
El Reino hachemita de Jordania, sorprende al viajero por ser una nación moderna, dinámica, estable y totalmente segura. Desde las evocadoras y antiguas estepas de Wadi Rum hasta el bullicioso centro de Amán, y desde las majestuosas ruinas de antiguas civilizaciones hasta el esplendor atemporal del Mar Muerto, Jordania se revela como un destino único de lugares imponentes y misteriosos, alojamientos de alto nivel, exquisita gastronomía e incontables actividades para inspirar, motivar y rejuvenecer al visitante.
sp.visitjordan.com