Andorra, un paraíso para los amantes de la fotografía
El gran patrimonio paisajístico del Principado es el lugar perfecto para desarrollar el sentido artístico y llevarse un recuerdo vivo del país de los Pirineos
Las redes sociales están de moda: Instagram, Facebook, Tumblr, Snapchat, Twitter… y la fiebre por hacer fotografías y compartirlas no hace más que crecer. Andorra, con espectaculares paisajes de naturaleza salvaje, lagos cristalinos y vistas impresionantes, se ha convertido en el decorado perfecto para todo aquel amante de la fotografía.
Aprovechando el cambio de estación, la llegada de los ocres y las temperaturas más frescas, el Principado comparte algunos de los lugares más inspiradores para ser fotografiados y guardar un recuerdo sin filtros del país.
Las postales con el mejor decorado: la naturaleza y sus formas caprichosas
Los paisajes del Principado cambian de estación en estación, adoptando diferentes tonalidades a lo largo del año y obsequiando al visitante con preciosas imágenes. Gracias a sus altas montañas y profundos valles, en todo el territorio se encuentran más de setenta lagos y estanques.
Algunos de estos espacios más emblemáticos son el Estany del Juclà, el más grande de Andorra y situado en el Valle de Incles; los Lagos de Tristaina, de fácil acceso para pequeños y grandes; o el Estany de la Nou, con unas vistas impresionantes reservadas a los más aventureros.
El impresionante Mirador del Roc del Quer, inaugurado este pasado mes de julio, destaca por ser un punto panorámico único en los Pirineos, suspendido a 500 metros de altura. También el Mirador del Port d’Envalira, que con un arco que recuerda a la escultura de la Coma de Arcalís, constituye el marco perfecto para admirar y fotografiar el paisaje del Circ de Pessons.
Finalmente, desde el Mirador del Valle de Incles, a 1.840 metros de altura, se pueden observar los Prados de Dall y el Balegar, terrenos con vegetación de colores cambiantes que darán un toque inconfundible a las fotografías.
Composiciones futuristas donde la arquitectura y el arte urbano se integran en el paisaje
En todo el país, los visitantes podrán buscar el encuadre perfecto para inmortalizar las diferentes esculturas repartidas en lugares representativos del país y que son una muestra perfecta de la simbiosis entre arte, naturaleza y entorno urbano. Artistas internacionales como Jorge Dubon, Michael Warren o Mauro Staccioli han dejado huella en las diferentes parroquias del Principado.
Algunas de las más representativas son las de grandes artistas modernos y contemporáneos. Así, en Andorra la Vella, el visitante podrá ver ‘La Noblesse du temps’, de Salvador Dalí, y la escultura ‘7 poetas’ de Jaume Plensa.
Una forma fácil y agradable de ver de cerca otras piezas es paseando por la Ruta del Hierro, ideal para ser descubierta en familia.
Por otro lado, en el Jardín Contemporáneo de Juberri el visitante encontrará un espacio natural de vistas impresionantes sobre el valle laurediano y decorado con piezas escultóricas de Ángel Calvente.
Además, la arquitectura tradicional de montaña contrasta con estructuras o edificios más modernos como el centro termo-lúdico de Caldea o el Puente de París, que se han convertido en auténticos emblemas de la arquitectura contemporánea del Principado.
Inmortalizar las tradiciones más vivas del Principado
A pesar de la importante modernización que ha experimentado en los últimos años, Andorra mantiene todavía muy vivas sus tradiciones y es posible disfrutar de espacios rurales y sentir cómo se para el paso del tiempo en todo el Principado.
Algunos de los lugares que mejor muestran la vida rural son las poblaciones de Ordino, Palo y Auvinyà. Además, la Casa de Areny-Plandolit, en Ordino; la Casa Rull, en Sispony, Massana; y la Casa Cristo, en Encamp muestran cómo era la vida en Andorra años atrás, ya fuese en familias acomodadas como en hogares más humildes.
También el centro histórico de Andorra la Vella da cabida a edificios como la Casa de la Vall, la iglesia de Sant Esteve, las casas Guillemó, Molines y Cintet, o la antigua prisión. Por sus callejones y plazas, el visitante se verá transportado a épocas pretéritas.
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